Daniel Comboni nace en Limone Sul Garda (Italia) en 1831. Muere en Jartum, Sudán el 10 de Octubre de 1881. Fue beatificado en Roma el 17 de Marzo de 1996 y canonizado el 05 de Octubre de 2003.
15-03-1831: Daniel Comboni nace en Limone Sul Garda (Italia).
31-12-1854: Es ordenado sacerdote.
10-09-1857: Zarpa de Trieste con la expedición mazziana hacia el África Central.
15-09-1864: Mientras reza ante la tumba de San Pedro en Roma concibe su «Plan para la Regeneración de África».
01-06-1867: Funda en Verona el Instituto para las Misiones de África como parte de la Sociedad del Buen Pastor, una asociación misionera internacional.
24-06-1870: Prepara un documento para presentar a los Padres conciliares: Postulatum pro Nigris Africae Centralis. Lo acompaña con una carta circular firmada por muchos obispos y aprobada (18 de julio) por el mismo Pío IX.
12-08-1877: Es consagrado obispo para el Vicariato del África Central.
10-10-1881: Muere a las 10 de la noche en Jartum, rodeado de sus misioneros. En 1885 la tumba de Comboni será profanada por los mahdistas.
17-03-1996: Es beatificado en la Basílica de San Pedro de Roma.
05-10-2003: Es canonizado en Roma.
Tres palabras podrían dibujarnos su vida,
más bien breve: misionero, padre, profeta.
1- Misionero: En la vida de Daniel Comboni hay una idea globalizante que le roba mente y corazón, que da sentido a todo su ser y quehacer: la misión, y, más concretamente, la evangelización de África Central, un sueño que rayaba por aquel entonces en la utopía. A tal proyecto y vocación dedicará todas sus energías hasta el ultimo aliento, exhalado precisamente en el mismo corazón del África profunda.
2- Padre: Como misionero, Daniel Comboni se siente sobre todo hermano; de los africanos, en primer lugar, a quienes ve como pertenecientes a su misma familia, hijos de un mismo Padre; y de los europeos, a quienes corresponsabiliza fraternalmente en la evangelización de los mismos africanos.
Sin embargo, la misión lo hará también, y sobre todo, padre: de las primeras comunidades cristianas, Iglesias, de África Central, y de dos Institutos exclusivamente misioneros fundados en la ciudad italiana de Verona. A distancia de una ya larga centuria, su figura carismática sigue suscitando fervor entre los jóvenes y engendrando nuevas familias al servicio de la Iglesia misionera: Seculares y Laicos Misioneros Combonianos.
3- Profeta: El profetismo en Daniel Comboni toma rasgos diferenciados y complementarios a un mismo tiempo. Entre ellos cabe destacar tres altamente significativos:
Testigo: Ante todo, del amor misericordioso del Padre, que en Cristo salva a todos los pueblos, también a los africanos. Testigo con la palabra (lo gritó a todas las clases sociales y eclesiales de la Europa de su tiempo), y con las obras (trabajó y murió con África en los labios y en el corazón).
Precursor: Daniel Comboni no sólo fue en el tiempo uno de los pioneros de la misión en África Central, sino también un precursor, un adelantado a su propia época. Su «Plan para la Regeneración de África», el «Mensaje a los padres del Concilio Vaticano I en favor de los africanos», la incorporación de los laicos y de la mujer consagrada a la misión directa, la confianza total en los africanos (su «salvar África por medio de África»), su visión eclesial e internacional de la tarea misionera, la idea globalizante de la misión (evangelización, animación misionera, formación de futuros misioneros)… son elementos típicamente Combonianos y misioneros de gran actualidad.
Mártir: Sin duda es el aspecto más profundo del profetismo de Comboni. Mártir en su cuerpo y en su espíritu. Aunque no dio físicamente su sangre, su vida está místicamente estigmatizada por la cruz y caída cual grano de trigo en el surco de su tierra africana. Martirio que lo hace profundamente contemplativo y maestro de espiritualidad misionera.
Su canonización el día 5 de Octubre del 2003, en la Basílica de San Pedro de Roma, fue el reconocimiento y la confirmación eclesial de una vida según el proyecto del Padre. Y de este modo el carisma Comboniano se hace propuesta a la Iglesia, al mundo de hoy. Es el nuevo desafío de Daniel Comboni a todos sus hijos e hijas, a todos aquellos que de algún modo se sienten llamados a ser «familia comboniana», amigos de la misión «ad gentes» en la Iglesia de Cristo.
(Fuente:www.combonianos.com)
