LMC España

Laicos Misioneros Combonianos y ONGD AMANI


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Testimonio David Aguilera en el día de África

Os queremos compartir este testimonio que nos ha enviado nuestro querido compañero David en este día de África :

LMC Etiopia

Querida familia de AMANI.
En el día de África, esa tierra de esperanza querida por aquellos y aquellas que vivimos esta vocación, quería hacerme presente para compartir un regalo del cielo.

En mi último periodo en Etiopía, cargado de dificultades como la situación política, la guerra, los desplazados y refugiados, recibimos también el regalo de una vocación etíope Comboniana con la que pude compartir vida y proyecto.
El entonces escolástico Abreham, que estudió por cierto en Perú toda la teología, fue llamado a la tierra Gumuz a hacer su experiencia misionera.
Si ya es una zona difícil, siendo etíope aún lo es más, puesto que el conflicto étnico le podría afectar a él negativamente. Cualquier en su lugar se habría negado, por poder convertirse en un objetivo de los rebeldes. Él reconoce que llego con miedo, y nosotros también lo teníamos por él.
Pero la confianza en Dios fue más grande.

Pronto comenzó a involucrarse en la ayuda a los refugiados, acogida a los niños huérfanos, ayuda a tantas familias rotas y desestructuradas por la guerra a través de la creación de un macro huerto donde dar trabajo a los jóvenes y permitirles sustentar a las familias y que les permitiera volver a retomar la escolarización para alcanzar el último grado de educación obligatoria (ya que no tenían que trabajar todo el día como en el resto de los trabajos, además de que se les animaba a escolarizarse, se les pagaba la matrícula y se les compraba el material escolar).

LMC Etiopia


Salvar África con África. Por un lado, luchar por la tierra Gumuz para que recupere la esperanza a través de procurar el sustento de todas las familias necesitadas a través del trabajo de los jóvenes y sanos, comprometiéndose a la vez a volver a estudiar para mejorar su futuro.
Y dos, un etíope que podría ser según sus cánones de la Etnia enemiga, siendo el que les tiende la mano, los acoge y los libera de tantos prejuicios.

La experiencia fue preciosa. La empezamos los dos y hoy la continua él.

LMC Etiopia

Hace poco fue ordenado diácono. En vez de elegir su iglesia parroquial, la casa Provincial o una de más fácil acceso para su propia familia, decidió ordenarse en su tan dura parroquia de Gumuz. Su «Abba Abreham» hacia una apuesta clara por ellos, los olvidados de Etiopía.

Os adjunto fotos de los jóvenes a los que sigue ayudando.

El dinero que AMANI envía de las colaboraciones de los socios es precisamente para esos proyectos. Ya haré un relato más detallado de todos ellos para compartirlo con la familia AMANI.

FELIZ DIA DE ÁFRICA.

-David Aguilera, Laico Misionero Comboniano-

¡Feliz Día de África a todos!


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Siriri

Nuestra compañera Tere Monzón, en España desde hace 2 meses, ha participado en el coloquio de presentación del documental Siriri en Madrid. Esta pieza fue oficialmente presentada en el festival de Cine y DDHH de Berlín en 2021 y narra el esfuerzo de Mons. Nzapalainga, Cardenal de Bangui y el purpurado más joven, y su amigo el Imán Layama para reconstruir la paz en el país devorado por los intereses globales.

La proyección es parte de las actividades de la Semana de África en Madrid, organizada por más de 10 asociaciones, entre las que se encuentra REDES (de la que Amani-LMC es miembro) y la revista Mundo Negro. Quique Bayo, director de Mundo Negro, participó también en la presentación, que tuvo lugar en los locales del Servicio Capuchino para el Desarrollo-Sercade. La mayoría del público estaba compuesto por los jóvenes subsaharianos usuarios de este servicio, por lo que los diálogos transcurrieron mayoritariamente en francés.

El documental impresiona al constatar la dificultad de reconstruir el tejido social cuando se ha sembrado previamente la desconfianza entre unos y otros, sea por el motivo que sea, en este caso con la excusa de diferencias de religión. Tere comentaba en su intervención que esa herida es la que más le dolía a ella en primera persona, ya que cuando llegó al país encontró una hermosa convivencia en la diversidad de religiones. Mons. Nzapalainga y el Imán Layama denunciaban en el documental cómo los intereses extractivos multinacionales han sembrado la división y creado un escenario de desgobierno en el que sus intereses prevalecen.

Es llamativo que el público de esta proyección fueran esos jóvenes, recién llegados de África, queriendo entrar en una sociedad diferente. A ellos se les anunció este testimonio de siembra de la cultura de paz y encuentro. Ellos van a ser, están siendo, protagonistas de ese encuentro entre culturas, que debe enriquecernos a todas las personas que participamos en él. Es una necesidad de nuestro tiempo.


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Sostener la Esperanza en Etiopía

Compartimos el testimonio misionero del P. Marco, desde Etiopía, enviado hace dos semanas. Nuestro compañero David ha participado en la misión de Gilgel Beles, pero ha retornado a España por la situación de violencia abierta, que se describe en el texto.

Queridos amigos, familiares y benefactores todos. Pido disculpas por esta larga ausencia debido, en primer lugar, a la pandemia, que bloqueó las comunicaciones postales entre Etiopía e Italia, y, después, a la guerra civil que se desarrolla desde hace un año, no sólo en la región norte, sino también en gran parte del país, que está siendo desgarrado por diversos grupos étnicos de liberación, o supuestos grupos de liberación. También en nuestra zona Gumuz, las consecuencias del odio étnico hacia la población negra e indígena, que tratamos de atender particularmente han dado lugar a la formación de una guerrilla de rebeldes gumuz que están sembrando el terror y la muerte en el campo. Mientras que hace unos años estaban equipados con los «infames arcos y flechas» para defender sus tierras, ahora disponen de municiones y armas más potentes. ¿Armas suministradas por quién? Fácil de imaginar, en esta compleja batalla por conseguir el poder en Etiopía o el control de nuestra zona, muy rica en recursos minerales y donde fluye toda el agua de la cuenca del Nilo.

Como saben, nuestra segunda misión entre los Gemer, Gublak, fue evacuada hace un año, y ahora el ejército federal también ha abandonado la ciudad. También estamos asediados en la misión de Gilgel Beles. Sin posibilidad de poder visitar los 27 pueblos donde teníamos escuelas, capillas y otros atractivos sociales. Los propios habitantes, por miedo a los rebeldes, han abandonado estos pueblos y se han refugiado en el bosque. Para salir de Gilgel y llegar a las tierras altas de Amara, necesitamos una escolta armada de soldados. Las hermanas combonianas también han estado refugiadas con nosotros durante dos meses, pero ahora han regresado a su misión en Mandura, a 10 km de nosotros, porque algunas personas han vuelto al pueblo. Probablemente no podrán reabrir la escuela y la clínica este año porque los profesores y las enfermeras no son gumuz y arriesgarían sus vidas, al igual que los gumuz que se aventuran en las ciudades vecinas.

En cambio, en Gilgel Beles, al estar protegida por soldados, hemos reabierto la escuela y este año tenemos muchos más niños gumuz que de costumbre, porque se han desplazado en los ataques desde sus aldeas destruidas por el conflicto étnico. Otro pueblo, en el que teníamos una escuela, fue arrasado hace unos meses. Los supervivientes se han instalado en casas a las afueras de nuestra misión.

Cuando regresé de Italia, en marzo, me centré en proporcionar asistencia inmediata a los innumerables refugiados gumuz que huyeron de sus pueblos destruidos por las incursiones de las milicias de las tierras altas. Alimentamos a miles de personas, mujeres, niños, jóvenes, distribuyendo también ropa y jabón a los que no tenían, especialmente a los menores y a los más débiles

Hemos abierto una clase especial para niños con dificultades auditivas en nuestra escuela. También atendemos a personas gravemente enfermas que llegan a la misión sin ningún tipo de apoyo y que proceden de zonas de la guerrilla donde no hay asistencia médica y escasea la comida. Hemos puesto en marcha una especie de albergue para estudiantes refugiados a los que pagamos el alquiler de la casa, la comida y la escuela, sin apoyo de sus familias, que también se encuentran en situaciones difíciles.

No hay agua y a menudo no hay electricidad en la ciudad. Suministramos agua de nuestro pozo, bombeada con nuestro generador a todo aquel que la necesite, sin importar la raza o la religión.  Al principio, venían las mujeres gumuz, porque nos conocían. Ahora, incluso los no gumuz, ortodoxos y musulmanes, se han animado a venir por agua. El ecumenismo del agua. La Iglesia católica se muestra como la única institución no étnica, sino verdaderamente universal, abierta a las necesidades de todos. Son pequeños gestos, esenciales para la supervivencia de las personas.

¡Cuántos muertos incluso entre nuestros jóvenes católicos! Algunos de ellos son gumuz que creyeron correcto defender su tierra o sus derechos con las armas, enviados al frente sin ninguna experiencia, asesinados por rebeldes de su propia raza, o por rebeldes del Frente de Liberación Oromo. Seguimos llorando nuestras a todos los muertos de esta guerra insensata y fratricida.

A pesar de este clima de tensión, hemos continuado nuestras actividades pastorales y sociales en la ciudad, en Gilgel Beles, junto a las Hermanas Combonianas. Preparación de matrimonios, sacramentos… A pesar del luto, la vida sigue, porque nadie debe perder la esperanza en un futuro mejor, cuando los gumuz puedan vivir en paz en su tierra, cuando todos los pueblos de Etiopía puedan abandonar los rencores del pasado, finalmente como verdaderos hermanos.

¡Y esta es la esperanza de la Navidad! La esperanza que el niño de Belén nos regala cada año, para recordarnos que el Amor de Dios triunfa al final.


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Pequeños milagros

SELAM (paz, en Amhárico) desde Etiopía, un precioso país que realmente necesita de paz hoy día . 

Entre tanto conflicto, sinrazón y enfrentamiento hay siempre noticias que son reflejo de que el Espíritu nunca deja de soplar, y de que Dios nunca abandona, sobre todo a los más débiles. 

Creo que todos conocéis el trabajo que realizamos con algunos niños de la calle, buscándoles familia con los que alojarlos. Creo que también conocéis el caso de Fasika y Wadem, dos hermanos que desde que el menor tenía un año vivían en la calle, robando y mendigando, sin que nadie pudiera acogerlos (ya que la madre de ellos murió en el parto del segundo, y ese hecho estigmatizó a los propios niños). De cómo el pequeño tenía una enfermedad en los riñones que hacía que se hinchara todo el cuerpo cada cierto tiempo, y se le llenara de heridas. 

De cómo intentamos con varios parientes, incluso ayudándoles económicamente, pero más que cuidarlos los maltrataban. 

Y de cómo durante el peor momento de la guerra los niños desaparecieron con otros familiares que huyeron al bosque, y los encontramos a los meses completamente desnutridos. 

Pues bien, nuestro trabajo y nuestra oración han dado sus frutos, cuando tenían que darlos. 

Ambos han sido acogidos por una familia de parroquianos muy comprometida, oficialmente por uno de los hijos de dicha familia, que está recién casado y con un bebé (digo por la familia entera porque aquí se vive en clan, y toda la familia debe aceptarlo, y así ha sido; Bewa, la matriarca, reunió a todos, expuso el problema y aceptaron acogerlos de por vida). El gobierno local ha firmado ya los papeles. 

Antes de venir a Addis fui a visitarlos. Viven en una casa sencilla pero muy limpia, se duchan a diario y se cambian de ropa. Van calzados. Comen varias veces al día (y pican otras tantas 😄). Han engordado (aquí eso es salud).

Viven rodeados de otros niños y niñas, con los que juegan, cantan y disfrutan; el mayor va a la escuela (a lo que aquí sería Educación Infantil). 

Os adjunto una foto mía con ellos (para que podáis apreciar su sonrisa despreocupada, al fin), y un video del más pequeño cantando una canción tradicional (hasta que fue acogido sólo lloraba y lloraba).

Está claro que nosotros trabajamos hasta donde humanamente podemos. Y Dios hace todo el resto, valiéndose de nosotros para que seamos sus manos aquí, y Él pueda obrar el milagro a través de nosotros. 

David Aguilera, LMC en la zona Gumuz de Etiopía.


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ECOGRAFÍA DEL CORAZÓN DE ÁFRICA

03 - copia

Me llamo Lucía y me encuentro trabajando de enfermera en un Centro de Salud en Bagandou, una zona rural del norte de RCA. Aquí en la República Centroafricana, que como bien dice el nombre del país se encuentra justo en la parte central del continente africano, el virus del Covid-19 no se ha expandido, así que de momento estamos salvados… al menos de este mal, pero tenemos otros peores.

Desde diciembre el país ha sufrido el asedio de grupos rebeldes, anteriormente enfrentados, que se unieron en esta ocasión bajo el mando del antiguo presidente Bozizé para boicotear las elecciones. Por suerte no lograron impedir que se nombrara el presidente electo Touaderà, a pesar de toda la violencia y miedo sembrado en todas las regiones.

En nuestra región sólo estuvieron de paso, pero la gente huyó de pánico al bosque para esconderse cuando supieron de su llegada. Nosotras también nos asustamos y esos días nos refugiamos en la casa de los sacerdotes de la misión, junto con otras familias.
 Actualmente estamos sufriendo el bloqueo de la frontera con Camerún, donde los rebeldes se han instalado desde enero, para evitar el paso de mercancías. Esto está preocupando mucho a la población, que ve los precios aumentar y los alimentos básicos agotarse sin piedad. Se trata de una lenta agonía, pues el país, que ha sufrido innumerables guerras consecutivas, es dependiente completamente de las ayudas y mercancías importadas del extranjero. ¡Hasta las cebollas nos llegan del país vecino!

Aquí las hermanas estamos todas bien y con salud, y trabajando con pasión cada día por el Reino de Dios a través de nuestros ministerios respectivos. Yo personalmente estoy empezando a entender el sango, la lengua local y a practicarlo torpemente con las personas.

 Particularmente este año he disfrutado mucho con un trabajo que hemos hecho de educación sanitaria y de higiene en los campamentos de pigmeos, la población indígena del lugar. Ha sido una experiencia muy fuerte para mí la amistad con este pueblo marginado y excluido completamente de la sociedad centroafricana… ¡Pero a la vez tan rico en valores y cualidades!

Me gustaría mucho poder aprender algo de su humildad, sencillez y ternura. Este pueblo ya forma parte de mi corazón. Que el Señor nos indique los caminos para ayudarles a llegar a una mayor independencia y realización como personas, caminos para llevarles a disfrutar de su plena dignidad y libertad.

Pues la liberación que Cristo trajo, también es para ellos, uno de los pueblos más vulnerables de la tierra.
Quisiera compartir una reflexión que el Papa Francisco hace en su encíclica Fratelli Tutti :
“El amor al otro por ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos.” 
Un abrazo en la paz de Cristo

Lucía Fonts
Misionera Comboniana