A la escucha de Comboni. Octubre 2025

Estas palabras de Comboni no son simplemente un adiós, sino un testamento de confianza. Comboni sabía que la obra que había comenzado —llevar el Evangelio y la dignidad humana a los pueblos más olvidados de África— no dependía de una sola persona, sino del Espíritu que la inspira y del compromiso de todos los que creen en ella.

Su mensaje es profundamente actual. En un mundo marcado por la incertidumbre, las crisis sociales y los retos de la misión, Comboni nos invita a no temer. Reconoce que habrá dificultades, sacrificios y sufrimientos; sin embargo, asegura que la obra de Dios trasciende a quienes la inician. La misión no muere con el misionero: se transforma, crece y se renueva en las manos de otros.

Hoy, más de un siglo después, la semilla sembrada por Comboni sigue dando fruto. La obra continúa viva en tantos hombres y mujeres que, inspirados por su espíritu, llevan adelante la misión de construir un mundo más justo, fraterno y esperanzador.


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