Este mes recordamos que ser misionero/a significa estar dispuesto a todo: a los momentos de alegría y también a los de dificultad.
Significa entregar lo mejor de uno mismo/a, con amor, fe y confianza, sabiendo que lo importante no es el resultado, sino el camino y la entrega con la que servimos.
Sigamos viviendo nuestra misión con corazón, esperanza y compromiso.

