En estos días de celebraciones y comidas familiares y con amigos, somos testigos del desperdicio de una gran cantidad de alimentos.
El trayecto de los alimentos hasta nuestra mesa y, si no los consumimos, hasta el cubo de la basura, ya no ocurre de manera aislada. Debemos comprender que nuestra relación con la comida y el desperdicio de alimentos afecta la vida de las personas en nuestro planeta, tanto de aquellas que pasan hambre como de las que envenenamos con lo que desechamos.
Por esta razón, desperdiciar alimentos se convierte en un acto casi sacrílego, y encontrar soluciones a este problema se torna en una cuestión que no solo impacta la economía y la salud, sino también la vida religiosa y espiritual.
Así nos lo explica este cuaderno de Cristianismo y Justicia. Los autores forman parte del proyecto Higher Education for Social Transformation (HEST), promovido por la Conferencia de Provinciales Jesuitas de Europa (JCEP) y la red Kircher Network.
Puedes obtener el cuaderno en https://www.cristianismeijusticia.net/…/pdf/es228_0.pdf

