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Rutas mortales para los refugiados


 Cáritas Europa y el Servicio Jesuita a Refugiados emitieron el miércoles 8 de junio una nota conjunta ante la reunión, que se celebró esa semana en Bruselas, de todos los ministros que forman parte del Consejo Europeo de Justicia e Interior en la que alertan de las “rutas mortales” que se ven obligados a tomar los refugiados como consecuencia de las restricciones de la Unión Europea y en la que exhortan a los dirigentes europeos a modificar su política migratoria.

“Las políticas centradas en la disuasión, incluido el acuerdo con Turquía, no están sirviendo para detener a las personas que tratan de llegar a nuestros países. Por el contrario, están prolongando el sufrimiento de estas personas y empujándolas a ponerse en manos de contrabandistas y traficantes, y a recurrir a vías de entrada aún más peligrosas”, advierten.

Este es el caso de una joven siria que explicaba hace unos días a un trabajador de Cáritas Grecia que fue víctima de abusos sexuales por el camino y tuvo que recurrir a traficantes para cruzar el mar Egeo y librarse de su agresor. “No pude encontrar otra manera de venir a Europa. Deseaba hacerlo de una forma segura, legal. Pero mi única alternativa era ser pasada de contrabando para cruzar a Grecia. Sabía que era algo peligroso, pero estaba desesperada. Tuve que cruzar para salvar mi vida y lo poco que queda de mi alma”, explicaba.

Según los últimos informes, más de un millar de migrantes han muerto en menos de una semana intentando cruzar el Mediterráneo. Su intento por alcanzar la Unión Europea muestra, según Cáritas y el SJR, “lo grave y aterrador de su situación”.

Por ello, proponen seis medidas concretas: abrir canales seguros y legales de entrada en la UE; un visado humanitario, que sea asequible y fácilmente accesible a través de cualquier Embajada en los países de origen y tránsito; facilitar la reunificación familiar de refugiados y migrantes; ampliar los programas de admisión por razones humanitarias; más planes de reasentamiento; y levantar los requisitos de visado cuando esté justificado por motivos humanitarios.

“Como afirma el Papa Francisco, Cáritas sueña con una Europa que reconozca la aportación necesaria de los inmigrantes a nuestras sociedades y se comprometa a respetar la dignidad de cada ser humano”, asegura el secretario general de Cáritas Europa, Jorge Nuño Mayer.

Por su parte, el director regional de JRS Europa, Jean-Marie Carrière, recuerda que “Europa puede salvar y proteger a las personas”. “Es sólo cuestión de voluntad política proporcionar a estas personas formas seguras para entrar en Europa sin riesgo para sus vidas. Es tiempo de defender y aplicar la misma Convención que los europeos adoptaron después de la Segunda Guerra Mundial y actuar en base a nuestros valores fundacionales”, añade.


Las políticas restrictivas de migración de la UE obligan a las personas desesperadas a utilizar rutas mortales

Nota conjunta – Cáritas Europa y el Servicio Jesuita a Refugiados

Mientras que los ministros de interior se reunirán mañana para discutir las políticas de migración de la UE, las personas que intentan llegar a la seguridad de Europa siguen muriendo en el camino. Cáritas Europa y el Servicio Jesuita a Refugiados Europa (JRS-E) exhorta a los dirigentes europeos a modificar su enfoque restrictivo de la migración. Las políticas centradas en la disuasión, incluido el acuerdo con Turquía, no están sirviendo para detener a las personas que tratando de llegar a nuestros países. Por el contrario, están prolongando el sufrimiento de estas personas y empujándolas a ponerse en manos de contrabandistas y traficantes, y a recurrir a vías de entrada aún más peligrosas.

“No pude encontrar otra manera de venir a Europa. Deseaba hacerlo de una forma segura, legal. Pero mi única alternativa era ser pasado de contrabando para cruzar a Grecia. Sabía que era algo peligroso, pero estaba desesperada. Tuve que cruzar para salvar mi vida y lo poco que queda de mi alma”, explicaba una joven siria hace unos días a un trabajador de Caritas Grecia. Huyó de Siria sola. Víctima de abuso sexual en el camino, tuvo que recurrir a traficantes para cruzar el mar Egeo y poder librarse de su agresor.

Según los últimos informes, más de un millar de migrantes han muerto en menos de una semana intentando cruzar el Mediterráneo. Su intento desesperado por alcanzar la Unión Europea muestra lo grave y aterrador de su situación. Cáritas Europa y JRS Europa están consternados por el continuo sufrimiento de tanta gente e instan a la solidaridad con estos niños, hombres y mujeres.

“Como afirma el Papa Francisco, Caritas sueña con una Europa que reconozca la aportación necesaria de los inmigrantes a nuestras sociedades y se comprometa a respetar la dignidad de cada ser humano”, asegura Jorge Nuño Mayer, secretario general de Caritas Europa.

Jean-Marie Carrière, director regional de JRS Europa, recuerda, por su parte que “Europa puede salvar y proteger a las personas. Es sólo cuestión de voluntad política proporcionar a estas personas formas seguras para entrar en Europa sin riesgo para sus vidas. Es tiempo de defender y aplicar la misma Convención que los europeos adoptaron después de la Segunda Guerra Mundial y actuar en base a nuestros valores fundacionales”.

JRS Europa y Cáritas Europa piden a la UE y, en especial a los Estados miembros, que:

  • Abran canales seguros y legales de entrada en la UE
  • Introduzcan un visado humanitario, que sea asequible y fácilmente accesible a través de cualquier Embajada de EU en los países de origen y tránsito
  • Faciliten la reunificación familiar de refugiados y migrantes, y, por lo tanto, que se fomente la integración en los países de acogida.
  • Amplíen los programas de admisión por razones humanitarias.
  • Participes en más planes de reasentamiento.
  • Levanten los requisitos de visado cuando esté justificado por motivos humanitarios.

Fuentes:

Ecclesia Digital / Europa Press / Blog en Buena Voz


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La santidad solo puede ser radical (más sobre Francisco en Lesbos)

Welcomerefugees Ya he escrito en otro lugar sobre el viaje del papa Francisco a Lesbos y su regreso a Roma, acompañado de tres familias de refugiados, acogidas en el Vaticano. He leído también cómo algunas personas, creyentes y comprometidas, andan incómodas con el gesto. Yo mismo sigo notando cierta incomodidad, en parte por cómo me interpela este hecho, en parte porque hay interpretaciones que me parecen distorsionadas e injustas. Una de ellas se puede ver en este artículo de Ruth Toledano, de quien tomo el título y varias de las frases entrecomilladas que cito a continuación. A ver si consigo aclararme en tres pasos y medio.

Lo que se ve. Me parece indudable que el viaje del Papa ha servido para visibilizar una realidad sufriente e injusta, para llevarla al centro del debate. Quizá sea excesivo decir que la ha llevado al centro de los corazones y de las decisiones, pero ahí está, visibilizando lo invisible y a los invisibles. Poniendo rostro, palabra y llanto. Ya sé yo (y lo sabe Francisco) “que las autoridades ‘adecentaron’ el recorrido que haría el Papa, llegando a encalar muros en los que había pintadas de apoyo a los refugiados y de denuncia de su indecente situación”. Ya sé yo que hay ambigüedad cuando se televisan estas cuestiones (“que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda…”). Pero me parece que lo que hemos visto ha sido nítido. Solo que no hay peor ciego que quien no quiere ver. Hemos podido ver palabras, gritos, plegarias, pancartas, silencios, lágrimas, anhelos, abrazos, dibujos. Lo que se ve es lo que se vive.

Lo que se hace. Si el Papa habla de la situación de los refugiados, dicen que es palabrería; si los visita, le acusan de ‘postureo’; si toma una medida concreta como acoger a doce refugiados, dicen que “no pasa de ser un gesto caritativo y no una solución justa”. Pero, ¿por qué se oponen caridad y justicia? Cuando alguien está perseguido, encerrado, estigmatizado o amenazado de expulsión, sentir una palabra cercana y un gesto cálido es algo muy importante. Lo hemos vuelto a ver este sábado en Lesbos. ¿Eso es caridad o justicia?  Dicen que lo ha hecho “para acallar las conciencias”. ¿Para acallarlas o para incomodarlas, movilizarlas, agitarlas? Dicen que las Iglesias no han hecho caso a la petición del Papa, ya hace meses, de abrir las puertas de sus parroquias y conventos. “No lo ha hecho ni uno”. Eso es sencillamente falso y solo se puede afirmar por ignorancia o por mala fe. Lo cierto es que, a pesar de las trabas de los Estados a la reubicación de refugiados, en estos meses las Iglesias han acogido ya a cientos de personas (sin llamar la atención ni tocar la trompeta, trabajando en red con otras entidades y movimientos ciudadanos, como veníamos haciendo desde hace años), practicando la hospitalidad.

Lo que se dice. “¿Por qué no se refirió explícitamente a los acuerdos de la vergüenza?”. La pregunta es razonable. Incluso puedo pensar que el Papa “podía y debía” haberlo hecho. No siempre es fácil medir las palabras. Pero de ahí a decir que “la caridad es complaciente con los culpables” y que, por ello, el Papa “acaba por ser cómplice”, me parece excesivo. El Papa  debía “lanzar un mensaje a los gobiernos” sin “permitirse la tibieza”. Pero, ¿de verdad se la permitió? ¿Acaso no recordamos las palabras vigorosas del Papa denunciando que “esta economía mata” y criticando “la globalización de la indiferencia” que genera tanta muerte y exclusión? ¿O  es que no sabemos leer entre líneas? ¿O tampoco sabemos leer lo que explícitamente dice la Declaración firmada en Lesbos el sábado en la que pide urgentemente desarrollar un programa internacional de asistencia, “para sostener el estado de derecho, para defender los derechos humanos fundamentales, para proteger las minorías, combatir la trata y el contrabando de personas, eliminar las rutas inseguras, como las que van a través del mar Egeo y de todo el Mediterráneo, y para impulsar procesos seguros de reasentamiento”? ¿O tampoco recordamos las manifestaciones, explícitas y contundentes, de la Iglesia católica contra el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, incluyendo recogida de firmas y declaraciones de obispos?

Dicho esto, vuelvo al título. La santidad solo puede ser radical. Radical porque va a la raíz. Radical, pues, en el sentido místico del término, que nos enraíza en la Raíz más honda (para los cristianos, Jesús de Nazaret, el Cristo). Radical, también, en el sentido político, que nos exige luchar por la justicia social, no ceder ante poderes injustos y generar alternativas radicales. Para ello, la santidad debe ser radical también en el sentido eclesial, para alimentar una comunidad creyente que sea verdadera alternativa al sistema dominante. (Si alguien quiere, puede seguir leyendo en este post y en este libro). Pero, aún más importante que leer, es vivir, ver, hacer y decir.

Welcomerefugees

Publicado por Daniel Izuzquiza en Cristianismo y Justicia


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Campaña por la Hospitalidad

campaa%20solidaridadLa campaña es una iniciativa abierta en la cual participan obras de la Compañía de Jesús, asociaciones, redes y ciudadanos y ciudadanas a título personal. Puede sumarse toda persona y organización que comparta sus mensajes y visión social.

A través de este blog y de las redes sociales vamos a compartir materiales y experiencias de hospitalidad desde lo local hacia lo global y viceversa.

La campaña quiere:

  • INFORMAR y FORMAR sobre la realidad de las personas migrantes, refugiadas y desplazadas, sus derechos y el respeto a la diversidad cultural.
  • SENSIBILIZAR generando empatía y compromiso en favor de estas personas.
  • Invitar a ACTUAR y MOVILIZARSE en lo local en ocasión de algunas fechas clave (hitos) para manifestar solidaridad, practicar la hospitalidad e influenciar a la opinión pública.
  • PEDIR mejoras y el cumplimiento de las políticas públicas que garantizan los derechos de las personas migrantes, refugiadas o desplazadas.

Más información en campañaporlahospitalidad.com