LMC España

Hola amigos/as, somos una familia de  Laicos Misioneros Combonianos (LMC) de Granada formada por: Esther, Isidro  y nuestras tres hijas: María, Elena  y Belén. Este verano hemos tenido la oportunidad de tener una pequeña experiencia misionera como familia en Arequipa (Perú). Allí hemos acompañando a un matrimonio de LMC: Gonzalo e Isabel y sus dos hijos: Ángel y Carmen, que llevan dos años y medio trabajando y compartiendo sus vidas con la gente de allá.  Nuestra experiencia la hemos vivido como un servicio a la misión. No se trataba de “hacer” o realizar un trabajo específico, sino acompañar a unos compañeros  en su vida y trabajo diarios, propiciando momentos de encuentro, de compartir experiencias, etc…

Toda la familia hemos vivido este tiempo como un gran regalo de Dios, ya que nos ha permitido conocer a nuevas personas, hacer amigos y amigas, aprender  de ellos, sus costumbres, modos de vida… A veces nos hemos encontrado con realidades bastantes fuertes y difíciles, sobretodo para las niñas, ya que el choque ha sido muy fuerte, pero ahí es donde hemos intentado estar con ellas para ayudarles a comprender lo que han visto y vivido y para darles las herramientas necesarias para que puedan analizar e interiorizar todo lo que han experimentado. Quizá, una de las cosas que más nos ha llegado al corazón  ha sido la sencillez de la gente, su amabilidad  y su hospitalidad. A pesar de que no nos conocían nos recibieron con los brazos abiertos y pronto nos sentimos como en casa.

La parroquia de Cristo Rey, donde están trabajando los laicos misioneros combonianos,  abarca una gran extensión y se encuentra a las afueras de la ciudad de Arequipa.

Con la gente de la parroquia  hemos tenido la oportunidad de  compartir nuestra fe y hemos participado de los diferentes grupos que tienen: grupo de reflexión bíblica, grupo de oración, encuentro de catequesis… , y sobretodo hemos visitado a muchas familias que enseguida nos invitaron a sus casas y nos acogieron como uno más de la comunidad.

También, hemos conocido junto con Gonzalo e Isabel el asentamiento de  Villa Ecológica. Allí ellos dedican  gran parte de su tiempo a trabajar en la guardería que los misioneros combonianos tienen. Además, visitan a las familias y, de una manera sencilla, respetuosa y constante se van presentando, de manera que cada vez son más las personas que los conocen y se dirigen a ellos para plantearles problemas, dificultades, expectativas, con la idea de ir mejorando y  construyendo la comunidad.

Nosotros tuvimos la oportunidad de compartir de cerca su trabajo: visitamos la guardería, participamos de uno de los grupos de reflexión bíblica que se reunía todos los miércoles y les acompañamos en  alguna de las visitas que realizan a las familias.

La verdad es que la realidad de Villa Ecológica es dura, es un asentamiento que está en  la ladera de uno de los volcanes que rodean Arequipa, el Misti,  y es un arenal donde hay pocas infraestructuras: no hay agua potable, desagües, las calles no están asfaltadas, no hay ningún centro médico… todo ello hace que las condiciones de vida sean  difíciles. Pero sin duda, lo que más nos ha impresionado han sido las ganas de superación de la gente, la unión entre ellos para dar soluciones a los problemas de la comunidad, la alegría con la que afrontan la vida a pesar de las dificultades, la hospitalidad entre ellos y con los que se les acercan, y sobretodo la gran confianza que tienen  en Dios. “Diosito siempre nos cuida” es una de las frases que más hemos oído y que  ciertamente nos ha hecho reflexionar y preguntarnos hasta dónde llega nuestra confianza en Dios ya que  siempre andamos preocupados por nuestras seguridades y a veces nos olvidamos de ese Dios que nos cuida a pesar de las dificultades de la vida. Sin duda, esta fe en el Señor es la que les da fuerzas para  afrontar la vida con optimismo y con ganas de luchar. etc… todo un ejemplo para nosotros.

A pesar del poco tiempo que hemos estado, son muchos los valores que hemos descubierto en ellos y que como familia tenemos que empezar a vivir en nuestro entorno. Hemos vuelto muy contentos y convencidos de que ha sido toda una bendición de Dios haber compartido juntos esta experiencia donde sinduda Él ha estado presente y ha sido el que nos ha ido iluminando y guiando.

 

Esther e Isidro