«Yo llegaba a la Pascua con falta de energías y más cansada que de costumbre, y he vuelto con fuerzas renovadas y con ganas de afrontar el próximo trimestre; y todo ello gracias, yo creo, a este parón que hacemos en la vida cotidiana, en el ajetreo del mundo, para encontrarnos con los hermanos, rezar juntos, reflexionar, achucharnos…Me ha gustado especialmente cómo hemos reflexionado el tema del «sufrimiento», y la noche de la «oración ante la Cruz». También ha sido muy bueno todos los ratos que hemos compartido con los niños. Ellos han disfrutado mucho y están deseando volverse a encontrar».
Mercedes Navarro LMC