La semana pasada regresaba a España Carmen Aranda después de tres años de servicio misionero en la misión de Gulu (Uganda). Junto a ella se encontraban sus dos hijos Ochen y Opio. Atrás han quedado muchas experiencias vividas junto a los niños del orfanato de St. Jude, sus familias y cómo no, con la comunidad LMC que en todo momento ha sido un pilar fuerte en todo este tiempo.
Gracias Carmen por tu entrega y valentía y BIENVENIDA a casa.