Discúlpenme si me dirijo a ustedes en este verano tan caluroso, pero me apremia a hacerlo el creciente sufrimiento de los más pobres y marginados. Como misionero uso la pluma (yo también soy periodista) para que su grito se escuche, un grito que encuentra cada vez menos espacio en nuestros medios de comunicación. La mayor parte de nuestros medios (impresos o televisivos) son tan locales, tan superficiales, tan bien integrados en el mercado global. Sé que, desgraciadamente, nuestros medios pertenecen a potentes grupos económicos y financieros por lo que cada uno de ustedes tiene pocas posibilidades de escribir lo que quisiera. Sin embargo, hago un llamado a todos ustedes, sin pretender que sean heroicos, para que rompan este silencio mediático que pesa sobre Africa.
Es inaceptable para mí el silencio sobre la dramática situación que vive Sudán del Sur, el más joven estado del Africa. Enredado en una horrible guerra civil que ha causado ya más de 300.000 muertos y millones de desplazados.
Es inaceptable el silencio sobre Sudán, gobernado por un sistema dictatorial en guerra contra el pueblo Nuba y las etnias del Darfur.
Es inaceptable el silencio sobre Somalia, en guerra desde hace más de tres décadas con millones de desplazados.
Es inaceptable el silencio sobre Eritrea, gobernada por uno de los regímenes más opresores del mundo, que causa la desbandada de miles de jóvenes hacia Europa.
Es inaceptable el silencio sobre la República Centroafricana, cuyo pueblo es martirizado por una guerra que no parece tener fin.
Es inaceptable el silencio sobre la situación de la zona saheliana, desde el Chad hasta Malí, donde los potentes grupos yihadistas podrían estar construyendo un nuevo califato en el Africa negra.
Es inaceptable el silencio sobre la caótica situación en Libia, donde está en acto un conflicto de todos contra todos, causada por la guerra de Occidente contra Gadhafi.
Es inaceptable el silencio sobre lo que sucede en el Corazón de Africa, en el Congo, de donde vienen nuestros minerales más preciosos y en donde miles de niños mueren en las minas que proveen estos minerales para los celulares y la industria espacial.
Es inaceptable el silencio sobre treinta millones de personas con hambre en Etiopía, Somalia, Sudán del Sur, Norte de Kenia y alrededor del Lago Chad, la peor crisis alimentaria de los últimos 50 años, según la ONU.
Es inaceptable el silencio sobre los cambios climáticos que podrían ser la causa de que a finales del siglo tres cuartos del territorio africano no sean ya habitables.
Es inaceptable el silencio sobre la venta de armas que hace el Occidente para incrementar las guerras y provocar inestabilidad en tantos países de Africa.
Ante todo esto, no nos podemos quedar en silencio. Por eso les pido que rompamos el silencio de prensa sobre el Africa, forzando a los medios para los que trabajan a hablar de ello. No podemos permanecer en silencio ante otro holocausto que se está fraguando ante nuestros ojos.
Trabajemos todos para que se rompa este maldito silencio sobre Africa.
Nápoles, 17 de julio de 2017
P. Alex Zanotelli, Misionero Comboniano