Un nuevo capítulo de la serie «la vida por la Amazonía». En esta ocasión se trata del testimonio de vida del misionero comboniano P. Ezequiel Ramin.
Durante su vida en Brasil, se colocó valientemente en defensa de los indígenas y de los agricultores pobres, en la lucha por el derecho a la tierra ya la vida digna. Hizo causa común con los pobres de la Amazonia. Comprendió que ser misionero era servir a los que más sufrían: “Mi trabajo aquí es de anuncio y denuncia. No podría ser diferente considerando la situación del pueblo. Necesitamos apoyar decididamente los movimientos populares y las asociaciones sindicales. La fe necesita caminar junto con la vida … ”
No tardaron en llegarle amenazas de muerte. Había quien se sentía incómodo por su solidaridad con las familias pobres sin tierra. Para algunos, su amistad y apoyo a los indios Suruí se había convertido en una amenaza.
En una de sus últimas homilías declaró: “El sacerdote que les habla ha recibido amenazas de muerte. Querido hermano, si mi vida le pertenece, también le pertenece mi muerte.
Pero si queremos encontrar la verdadera razón para su actuación como misionero y su entrega, aquí la tenemos en primera persona: “Liberemos a las personas del hambre, de las enfermedades, hagamos de ellas personas libres, testimoniando de este modo al Cristo que está dentro de nosotros. A este punto, amigos, si no formamos parte de la solución, formamos parte del problema. ¡Piensen en eso y hagan las cuentas!»