“Para millones de personas, esta Pascua sigue siendo de sufrimiento, conflicto, guerra, desplazamiento, hambre, muerte y destrucción. Observar este escenario desde una perspectiva humana nos da una sensación de miedo, de angustia, de pérdida: un callejón sin salida. En cambio, para nosotros, discípulos misioneros, no es el momento de quejarnos, sino de ver, a través de la mirada de nuestra fe, al Resucitado que no nos deja solos” (Consejo General)
Para leer más, pincha aquí
