Aquí me tenéis acordándome de tod@s vosotr@s desde estas tierras mozambicanas y lo quiero hacer patente a través de estas letras. Compartiendo con vosotr@s mis primeros pasos y sensaciones de esta experiencia.
Como os podréis imaginar, con un ritmo de vida totalmente diferente al que estoy acostumbrada y viviendo una realidad muy diferente. Para comenzar, el idioma es el portugués, con el cual me defiendo. Pero… está el Changana, lengua local, lo que hace que me pierda muchas cosas del día a día. Aunque esto me ayuda a desarrollar otras habilidades, siendo más observadora, más paciente…Como algunos ya sabéis, en los encuentros siempre hay que tener traduct@r.
Por eso, el tiempo que pase por estos lares, será y está siendo, un tiempo de empaparme de esta realidad, un tiempo de aprendizaje y compartir la vida. Colaborando y participando en todo aquello que sea preciso.
El lugar donde estoy se llama Xai-Xai, en la provincia de Gaza, al sur de Mozambique. Una región, dedicada principalmente al campo y al comercio. Como curiosidad, os comentaré que el comercio esta de mano de lo hindúes.
Desde que llegué, dedicada a conocer y acompañar las actividades de la Cáritas Diocesana. Una Cáritas joven en su caminar. La cual, muy poco a poco, va creando estructura en la Diócesis. Pudiendo comprobar que los ritmos son totalmente distintos a los nuestros.
Teniendo en cuenta que la mayor parte de las personas, están dedicadas a la búsqueda de cosas básicas de sobrevivencia. Ocupando el tiempo de cada día, en la búsqueda de agua, leña, trabajar la tierra…
El acompañamiento a esta Cáritas Diocesana de Xai-Xai, me llevo a conocer en el terreno, proyectos de construcción de pozos, ayudas para la construcción de viviendas, proyectos agro-alimentarios con apoyo de semillas, algún centro de apoyo a niñ@s huerfan@s los cuales están viviendo con los abuelos, ya muy mayores e incluso enfermos. Los padres fallecieron a causa del Sida, muy extendido en esta realidad. En una sociedad, en donde está aceptada la poligamia.
Todos estos proyectos son elaborados en procesos muy lentos, pues se tiene muy presente el proverbio “Regala un pescado a una persona y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida».
El día a día, me ha llevado a participar en la Pastoral carcelaria, realizando visitas y acompañando a las personas que están privadas de libertad.
Colaborar con las Hermanas Dominicas en su escuela, con actividades lúdico-educativas.
Dos días a la semana voy a un barrio, creado a consecuencia del desplazamiento de varias familias, después de las inundaciones que hubo en el dos mil trece. Allí estamos realizando trabajo de campo, visitando a las familias, haciendo un levantamiento de la realidad, en donde no deja de sorprendernos el poder de sobrevivencia y resistencia que tiene el ser humano. Acompañamos el caminar de la comunidad, con la esperanza e ilusión, de que juntos se puede transformar esta realidad sufrida.
El resto del tiempo, dedicada a acompañar los encuentros de la Caritas Diocesana, ya sean formativos, organizativos o de elaboración de futuros proyectos.
El fin de semana pasado, se celebró en una de las regiones, un encuentro de ejercicios espirituales en donde participaron unas 50 personas, de las distintas comunidades en donde está implantada la Cáritas.
Sintiéndome serena y animada y agradecida de que la salud no se resienta. Con el deseo de continuar en este estado.
Agradecida a las personas que desde aquí y en la distancia me acompañan, incluyendo a tod@s aquell@s que a pesar de no tener un contacto directo, sé que me tienen presente.
Haciéndoos llegar un abrazote a cada un@.
Saludos, Marisol Xai-Xai (Mozambique)
14 octubre, 2015 en 12:30 pm
Por fin se abrió la página. No creas que por acá también vivimos algunos en zonas «un poco marginadas» de las tecnologías. Pero esto es sólo una disculpa para darte las gracias por tu testimonio. Así nos das esperanza a los que estamos esperando. Un fuerte abrazo para tí y todos los que te rodean.
12 octubre, 2015 en 6:36 pm
Gracias Marisol, somos un grupo de LMC que nos iniciamos en formarnos, desde hace unos 7 años estamos dando nuestros primeros pasos, este año ya casi lo finalizamos con una formación Humana, Comboniana y Espiritual y cuando leemos cartas tan preciosas nos motivan a seguir adelante. Estoy segura que San Daniel Comboni te tiene de su mano, por supuesto Nuestro Padre Celestial.
3 noviembre, 2015 en 11:07 am
Hola Miriam ¿desde dónde escriben? Nos encantaría permanecer en contacto. Un saludo fraternal. Jose LMC