Este sábado de Junio, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en Madrid, había un ambientillo “guapo”. Se sentía un rollo de más alegría. Cansancio de una semana de curro y exámenes y calores veraniegos….pero ya más cerquita de “salir”. En salida de rutinas, de nuestra vida, de lo nuestro, lo nuestro, lo nuestro…En la Parroquia había boda y venían los de la tele porque el Domingo se hacía el envío misionero de las chicas y chicos jóvenes que se van, después de formarse estos meses de atrás, a vivir unas vacaciones solidarias en proyectos misioneros.
Un sábado al mes, la Delegación de Misiones de Madrid, imparte formación de Misionología a dos grupos, uno el de personas que tienen interés y trabajan en la Animación Misionera y otro, el de los y las jóvenes que hacen experiencias cortas de misión, aprovechando sus vacaciones. “Propuestas solidarias y misioneras para jóvenes”.
http://issuu.com/omp.es/docs/compartirlamision_a0705f9d172a84?e=3014353/33669556
Gonzalo y yo, que somos laicos misioneros combonianos, estábamos invitados para poder compartir nuestra experiencia de Misión en Arequipa. Y también para impartir un tema de formación sobre Materiales Misioneros.
Estos dos grupos se funden, se conocen, vibran con la misión ad gentes, transmiten un enamoramiento por la misión que me llega fresco, con incertidumbres pero llenito de confianza en Quien les ha elegido y llamado…y llamado una y dos y tres veces. Alguien me decía, “si esto me lo hubieran dicho hace tres años, ni me lo hubiera imaginado. Yo siempre “he pasado” mucho de estas historias. Pero en este tiempo me he encontrado en mi trabajo con algunas personas que me han hecho indagar en lo que a ellas les daba una felicidad que se les notaba. Y aquí estoy, súper nerviosa, porque me voy un mes y esto ya ha cambiado mi vida.”
Arturo se va para tres años a Honduras. Esto ya es otra historia. No es en “mi tiempo de vacaciones”. Es un paso más en el compromiso. Una conversión, y un deseo muy grande de “salir”. Y le escucho y me resuena esa intensa confianza en Jesús. “Ya veremos qué me encuentro y qué me tiene guardado el Señor”.
Y estos chicos y chicas son muy normalitos. Y comen lo mismo que todo el mundo…De ello doy fe porque compartimos chorizo, tortilla, empanada, galletas…Y trabajan y/o estudian o están en paro.
El grupo que está en Animación Misionera me pareció “la caña”. Mujeres y hombres, con más edad que los que salen a misión en verano y con compromisos en grupos misioneros parroquiales. Y algunos casados y con hijos…y encima en edad adolescente. En sus vidas cotidianas, entre sus responsabilidades laborales y familiares, hacen huecos, a horas intempestivas para “salir” de los suyo y trabajar para y por “las misiones”. Yo compartí con ellos el tema de “Materiales de Formación Misionera para niños, jóvenes y adultos”. Y para empezar les invité a que nos contáramos quiénes éramos. Y así, uno a uno y una a una, fueron presentándose y contando qué era la misión ad gentes en su vida y sin quererlo, fueron diciendo cómo Dios había caminado por sus vidas y les hacía estar en esta historia.
En fin, que ellos descubrieron y comentaron que el primer y mejor material para la animación misionera, es nuestra propia vida que se ha dejado habitar y misionar por Jesús. Si transmitimos esto y además nos ayudamos de los maravillosos materiales que hay elaborados desde OMP o las Delegaciones de Misiones o los Institutos Misioneros…pues contagiaremos en nuestras parroquias o grupos o colegios LA MISIÓN AD GENTES.
Yo doy gracias a Dios porque sigo descubriendo cómo Dios está ahí, nos habita, y en cuanto le dejamos….nos inunda de vida e ilusiones llenitas de “color-orantes” y energías.
Arturo nos irá contando desde Honduras cómo le va. Y a quienes salen este verano, les esperamos a la vuelta, para que nos cuenten sus experiencias, únicas, personalísimas y podamos sentir en sus palabras cómo nos arde el corazón y cómo la brisa de Dios se cuela en nuestras entrañas.
Y siembre gracias a José María y a Rodrigo, que además de curas son los encargados de la Delegación de Misiones en Madrid. Con permiso, de ambos dos, se os nota “el olor a oveja” y el amor por “las misiones”.Gracias.
Lo dicho, que ha sido un placer.
Isabel Herrero. Laica Misionera Comboniana.