Hace un par de semanas el grupo de LMC de la zona Centro nos volvimos a encontrar en Madrid, con presencias y ausencias ocasionales pero el domingo llegamos a estar los 7 unas horas.
Nuestros niños/as también comenzaron sus encuentros misioneros: el sábado Rut y Pedro se incorporaron a las reuniones de Kembo y el domingo Angel, Carmen y Eva a la de Aguiluchos.
La mañana del sábado fue para orar sin prisas, con el evangelio y con la vida. Después los ajustes necesarios para organizarnos el fin de semana y ver quien estaba disponible para las próximas reuniones de Combo-joven (antigua JPV).
La tarde la dedicamos a formación con la que concluimos el tema de JPIC lo hicimos a través de un video fórum con el documental «la era de la estupidez» que tenéis disponible en youtube. El compartir fue tan rico como el propio documental. Decidimos como zona dedicar las próximas reuniones de formación a iniciarnos en la lectura existencial-antropológica del antiguo testamento. Comenzaremos por los libros históricos.
El Domingo lo dedicamos a la revisión de vida aunque esta vez falto Raul que tuvo que ir a hablar de los LMC (organización, funcionamiento, formación, relación de familia comboniana…) a un grupo de laicos de la consolación que comienza su andadura oficial en esto del laicado.
Hacia muchos meses que no teníamos revisión de vida, y esta fue de una gran riqueza y profundidad aunque como siempre no hubo tiempo suficiente y quedaron cosas pendientes. De esta revisión os destacaría el deseo de mejorar el retorno de los LMC, que además de la incertidumbre económico-laboral arrastran muchas más cosas positivas pero también fantasmas y heridas que deben ser curadas, y que cada uno subsana como puede. Surgió la idea de hacer una celebración del retorno en el que el grupo LMC pueda demostrar la cercanía con el que retorna y poderle dar las gracias por el trabajo que ha realizado, en nombre de todos, en los años pasados en misión.
Me gustó escuchar de Isabel algunas palabras sobre la reunión de delegados de misiones de Tarragona. Esta haciendo un trabajo precioso como delegada de misiones en Madrid. La pena es que este trabajazo no sea reconocido con ninguna remuneración. Los religiosos y sacerdotes ya están sostenidos por sus congregaciones o diócesis pero los laicos, seguimos siendo de otra categoría.
Abrir la vida de cada uno en comunidad siempre nos sorprende, enriquece e interpela. Me hace sentir afortunado por tener a estos preciosos LMC cerca de mí