ESCUELA DE FORMACIÓN MISIONERA de MADRID.
Una ventana abierta al mundo y a la realidad
Entrevista a dos alumnas de la Escuela de Formación Misionera de Madrid. El curso de misionología empezó el 17 de septiembre y acabará mañana, 14 de Diciembre de 2018. Carolina y Asmeret, fueron entrevistadas el 13 de diciembre de 2018.
Julián: ¿Quiénes sois? ¿De dónde sois? ¿Dónde vais a trabajar como misioneras? ¿A qué institución pertenecéis?
Carolina: Soy Carolina Fiúza, de Portugal. Soy Laica Misionera Comboniana. Tengo 26 años. Soy fisioterapeuta. Si Dios quiere, iré a trabajar en Etiopia.
Asmeret: Hola, buen día. Me llamo Asmeret Aregay. Soy de Etiopía. Pertenezco a la congregación de las Misioneras Combonianas, y con la gracia de Dios trabajaré aquí en España, concretamente en Granada.
Julián: ¿Qué asignatura del curso os ha gustado más?
Carolina: a mí me gustó mucho la asignatura sobre “el análisis de la realidad” fue la primera semana, hablamos mucho, fue muy bueno empezar con ella para así tener una mirada más profunda de las realidad. No sólo analizar el mundo, sino mirarlo con una mirada contemplativa, ya que eso lo cambia todo. Me gusto también otra asignatura donde hablamos sobre misión y salud, este es mi campo, como he dicho soy fisioterapeuta; me dio ideas nuevas. Sé que cuando vaya a la misión no puedo llevar ideas preconcebidas, aunque contradictoriamente vaya en la cabeza con proyectos de salud. Nuestros proyectos tienen que estar de acuerdo con lo que la gente quiere. Me gustó mucho esta clase de misión y salud.
Asmeret: veo el curso y todas las asignaturas me parecen buenas. Me gusta el método usado “ver-juzgar-actuar”. Hemos visto la realidad de nuestro mundo desde diferentes perspectivas. Me interesó mucho el estudio sobre la semana Europea, ayudándome a aterrizar en esta realidad. Soy etíope, y estoy destinada a trabajar en España; he venido a un mundo diferente, y las cosas son más complejas de lo que yo imaginaba. Reflexionamos durante esos días sobre Europa, sobre sus retos y sobre la posibilidad de aportar nuestro pequeño grano de arena a esta sociedad. El curso con muchas más luces que sombras, me ha ayudado mucho. Doy gracias a Dios al haber tenido la oportunidad de hacerlo.
Julián: Habladme un poco de vosotras, el grupo de alumnos. ¿Cuántos sois? ¿De dónde? ¿Cómo es la convivencia?
Carolina: somos dieciocho. Pero unas veces somos más, otras veces menos, es algo que va cambiando porque hay personas que solo vienen a los bloques de temas que les interesan. Sorprendentemente de España solo son cuatro, hay también una portuguesa –que soy yo- así que de Europa solo somos cinco alumnos. Los otros alumnos vienen del Congo, Venezuela, Argentina, Perú, Camerún, Kenia, Vietnam, India, Etiopía… Hay una multiculturalidad que es un gran regalo, al final esta realidad te va cambiando la mente. Hay una actitud muy positiva de compartir con las otras personas lo que somos y lo que tenemos, como si ya nos conociésemos desde hace mucho de tiempo. Es un regalo del que estoy muy agradecida, de alguna manera esta realidad es como si me transportara a todo el mundo.
Julián: Y para ti, Asmeret, ¿cómo has visto la convivencia?
Asmeret: A mí me pareció muy buena, me encantó desde el principio del curso. Poco a poco nos hemos ido integrando, parecía que nos conocíamos desde hacía muchos años. Vine con la ilusión de como situarme en este nuevo mundo -Europa- había leído y escuchado muchas cosas y el curso me ha ayudado a este fin; algo bonito ha ocurrido, aquí en el curso, encontré a un hermano y a una hermana europeos que se preparaban para ir a mi país: Etiopía. Me animó y me llenó de alegría, encontrarlos en el curso, más aun pertenecían a mí misma familia religiosa, eran laicos combonianos. Los hermanos y hermanas que estamos en la misma clase, pertenecemos a diferentes congregaciones; laicos, sacerdotes diocesanos… Esto es una gran riqueza, sin duda el curso ha sido un impulso para profundizar en la misión donde Dios me quiera. Estoy feliz, y muy contenta.
Julián: ¿Qué otras actividades hacéis los alumnos, además de las clases? ¿O sólo venís a las nueve, os vais a la una y media… y se acabó todo?
Asmeret: Hemos salido a diferentes lugares como Toledo, Javier en Navarra… Comemos juntos compartiendo lo que entre todos hemos traído y así se crea un gran clima de fraternidad, de familia. La organización es muy buena. Si hay que improvisar, siempre estamos dispuestos a hacerlo juntos, y nadie se queja. Te preocupas por cualquier cosa que pasa a esa persona o a la otra. Algo muy hermoso.
Carolina: Siempre hay programas que compartimos. Por ejemplo si hay una exposición u otro evento, nos comunicamos normalmente vía WhatsApp.
Julián: ¿Os está ayudando en algo este curso de formación misionera?
Asmeret: Me ha ayudado mucho más que lo que yo pudiera decir. Me abrió la mente, los ojos, porque escuchas a personas con experiencia de la misión. Me ha gustado el debate en la clase, porque cada uno aporta lo que es, desde su experiencia. Cuando toca África nos sentimos como si fuéramos de un solo país, siendo como somos de tres o cuatro países africanos. No es solo la información que nos llega sobre el mundo: Europa, Asia… sino repito, el compartir entre nosotros nuestra experiencia. Muchos de este grupo, tienen experiencia misionera: si se habla de América Latina, tenemos a alguien que trabajó allí, lo mismo ocurre cuando abordamos África o Asia. Ha sido un curso muy interesante y seguro que me ayudará en mi vida misionera Europa.
Julián: ¿Y a ti, Carolina, te ha ayudado en algo?
Carolina: A mí muchísimo, de verdad. Creo que el curso ha sido positivo, no solo para mi futuro trabajo en Etiopía, sino también me ha formado como persona. Me cuestionó sobre mis capacidades, mis “seguridades” para mirarlo todo con ojos nuevos. Tuvimos también un taller sobre afectividad, que me resultó muy interesante. En las clases los profesores siempre te cuestionan lo que estamos haciendo en nuestra vida como cristianos; ¿cómo actuar ante nuevos retos? ¿Cómo afrontarlos? ¿Cómo apasionarme más con la vida de Cristo? ¿Cómo quererlo e imitarlo más? Interesantes y enriquecedoras fueron también las clases de historia de la evangelización, de Biblia, de teología…todo te ayuda a formarte un poco más, dándote pistas para cómo abordar la actualidad. Un regalo, de verdad.
Julián: Por último, ¿recomendaríais este curso a otros misioneros/as que vienen a España o que salen de España?
Asmeret: Sí, lo recomiendo mucho. Para los que vienen y para los que salen. También lo recomiendo para los que permanecen aquí, ya que uno se acostumbra a una cierta rutina… Al hacer este curso les ayudará a cambiar la mentalidad, porque la misión de hoy, no es la misión de ayer. Los jóvenes, necesitamos renovar nuestra manera de aproximarnos a la realidad, nuestra manera de pensar, nuestra manera de estar con la gente, para ser sal y luz en este mundo. Lo recomiendo no solo a los que vienen después de tantos años de trabajo, y por supuesto a aquellos que van por primera vez. Las congragaciones así como las parroquias deberían apoyar a esta escuela de misionología.
Carolina: Si claro, el curso ha insistido en la realidad de que por el bautismo todos somos misioneros y la misión es tarea de todos: los que vienen, los que salen, los que están aquí. El curso te ayuda a profundizar en la tarea misionera. Insisto lo recomendaría vivamente a todos.
Asmeret: Estamos muy agradecidas al equipo coordinador que siempre ha estado muy atento a todo lo que le hemos dicho, hecho y necesitado. Se lo agradezco en mi nombre y el de toda la clase.

(Nota: Asmeret y Carolina todavía están aprendiendo el castellano.)
Las entrevistó Julián Mansilla, alumno también de la Escuela.